

Es como estar oyendo la radio y que suene tu canción favorita. Como un abrazo de alguien cercano cuando más lo necesitas. Levantarte una mañana, abrir la ventana y que esa noche haya nevado. Una tormenta en verano o una mañana calurosa en invierno. Tirarte de cabeza a la piscina el primer día de verano. Tocar con un pie la ansiada arena de la playa. O una lágrima tras ver una preciosa película con la cual te sientes perfectamente identificada. Salir del cine y que este de noche tras haber entrado de día. Oír por la calle a un chico diciéndole te quiero por teléfono a otra persona con una sonrisa. Oír como te dice un te quiero la persona que más deseabas que te lo dijera. Tomarte un chocolate caliente un domingo por la tarde bajo un montón de mantas. Ver a tu mejor amiga la cual llevabas mes y medio sin ver ya que estaba de vacaciones...
Todos estos son momentos perfectos aunque solo sean por un instante. Y de estos son de los que deberíamos estar orgullosos y darnos cuenta que son los que nos sacan una sonrisa sin a penas quererlo. Y saber que en realidad son los que más deberíamos valorar.