
La esperanza es un bien, porque nos lleva a pensar que mañana puede ser mejor que hoy, que mañana los problemas se resolverán, que conseguiremos lo que ansiamos y que hoy no tenemos, y esto nos da energías para seguir adelante; pero la esperanza es un mal, porque al pensar que mañana será mejor que hoy nos lleva a no apreciar lo suficiente lo que tenemos y no vivir plenamente el día a día.
Pero se dice, que la esperanza es lo último que se pierde.
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